Guten Morgen! Mi nombre es Ignacio Clérigo y actualmente trabajo como spacecraft operations engineer en ESOC, el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea, situado en Darmstadt, una pequeña ciudad alemana muy cerca de Frankfurt.
El cómo llegué hasta aquí es una combinación de casualidades y de oportunidades más o menos buscadas. Ni que decir tiene que cuando empecé la carrera de Ingeniero de Telecomunicación en la UVa no sabía qué quería hacer al terminar (ya tenía bastante con pensar cómo aprobar Cálculo) ni tenía la más remota sospecha de que iba a acabar en un pueblecito de Alemania cuidando satélites.
Pero empecemos por el principio. Siempre he tenido un cierto interés por todo lo relacionado con redes, programación y sistemas (al menos más interés que por resolver ecuaciones de Maxwell con condiciones de contorno imposibles), lo que me llevó a pedir una beca de la Universidad para modernizar la vieja web de teleco. La beca se acabó convirtiendo en mi proyecto fin de carrera y aunque sufrí bastante para terminarlo (un consejo, no dejéis que el PFC se os atasque, luego cuesta horrores retomarlo, especialmente cuando empiezas a trabajar) el esfuerzo mereció la pena y la experiencia que adquirí sobre administración de sistemas y tecnologías web me abrió las puertas al mundo laboral.
En el 2004 empecé a trabajar como becario en la Junta de Castilla y León. Allí pasé dos años estupendos aprendiendo muchísimo y trabajando como administrador de sistemas y bases de datos en la Consejería de Agricultura hasta que solicité una beca en la Agencia Espacial Europea (ESA) de un programa llamado Young Graduate Trainee. Estas becas duran un año y son una oportunidad estupenda para empezar a trabajar en la ESA. Si estáis interesados, os animo encarecidamente a que echéis un vistazo ahora, ya que se publican todos los años en Octubre – Noviembre.
Y así fue como en el 2006 me vine a Alemania a trabajar como ingeniero de redes y sistemas en el departamento de IT de ESOC. Después de un par de años dedicado fundamentalmente al diseño e implementación de un nuevo data centre, decidí arriesgar un poco y dar un salto en mi carrera. Tras varias carambolas conseguí una plaza como ingeniero de operaciones en una misión llamada Cluster.
Cluster es una misión científica formada por cuatro satélites (llamados Rumba, Salsa, Sambo y Tango) que orbitan (o bailan, si uno quiere ser poético) en formación en torno a la Tierra. Su objetivo es estudiar el campo magnético terrestre y su interacción con el Sol.
A primera vista esto puede sonar poco “teleco” pero nada más lejos de la realidad. En el trabajo de spacecraft operations engineer uno forma parte de un equipo encargado de controlar y mantener en funcionamiento un cierto satélite o grupo de satélites. Normalmente cada ingeniero es responsable de uno o varios subsistemas. En mi caso son el ordenador de abordo que controla el funcionamiento del satélite (On Board Data Handling) y el sistema de comunicación (Telemetry and Telecommand Subsystem). Cada ingeniero es responsable de conocer sus subsistemas en detalle, controlar su estado regularmente y analizar y tratar de resolver las distintas anomalías que puedan producirse. Además es el encargado de escribir y mantener los procedimientos para operarlos (por ejemplo qué hacer en caso que falle el transmisor del satélite y cómo activar el de reserva) y de entrenar al resto de miembros del equipo.
Es difícil resumir en un par de líneas el trabajo de un ingeniero de operaciones porque no hay dos días iguales. Un día uno está escribiendo o actualizando procedimientos y validándolos en un simulador. Al día siguiente está haciendo un cálculo del radioenlace con lápiz y papel para ver si el nivel de señal a ruido esperado se ajusta a la realidad. Y al siguiente acaba pasando la noche en la sala de operaciones tratando de recuperar el satélite tras una anomalía del ordenador de abordo.
Uno de los puntos más interesantes es que los equipos de operaciones de cada misión son relativamente pequeños y el ambiente suele ser bastante familiar y agradable. El trabajo en equipo es esencial, y la colaboración entre todos los ingenieros, junto con los operadores y analistas (que se encargan de las operaciones rutinarias y del día a día), es clave para garantizar el buen funcionamiento del satélite.
Me dejo muchísimas cosas por explicar, pero si tenéis preguntas estaré encantado de responder a todas ellas en los comentarios del blog o por correo (Nacho os puede facilitar mi dirección). Para terminar me gustaría despedirme compartiendo tres consejos que a mí me han resultado bastante útiles en mi vida y en mi carrera profesional.
- No tengáis miedo a los cambios. Cambiar de ciudad, de idioma o de país es una experiencia increíble. A mí me ha servido no sólo para enriquecer mi visión del mundo sino también para conocerme mucho mejor a mí mismo.
- Aprovechad cada situación para aprender lo más posible (es lo que yo llamo “invertir en infraestructura”). Mi experiencia es que cuando uno en lugar de hacer las cosas para salir del paso, se esmera buscando maneras elegantes y eficientes de resolver los problemas, el esfuerzo inicial queda siempre queda compensado con el resultado y con las habilidades y experiencia que uno adquiere en el proceso.
- Y por último, y no por ello menos importante, es que sólo se vive una vez y uno tiene que aprovechar al máximo. El trabajo no es más que una forma de ganarse la vida. Así que haz sólo lo que sientas, nunca derroches tu energía y tu vida en algo que no te haga feliz. Parece obvio pero a veces olvidarse de esto es más fácil de lo que parece.
Ignacio Clérigo
5 comentarios:
Por si os interesa saber más sobre lo de acabar "pasando la noche en la sala de operaciones tratando de recuperar el satélite tras una anomalía del ordenador de abordo", os recomiendo que leáis el siguiente artículo:
http://www.esa.int/esaMI/Operations/SEMJ0FNEG5G_0.html
¡Está contado de forma que casi parece una película y veréis el papel que jugó Ignacio Clérigo junto a sus compañeros para recuperar al satélite!
Merece la pena leerlo.
Hola Ignacio,
¿Cómo conseguiste quedarte trabajando en la ESA tras terminar tu beca YGT? Por lo que tengo entendido, es muy complicado pasar a ser personal propio de la agencia, ya que normalmente contratan como staff a personas con varios años de experiencia en el sector espacial.
Muchas gracias por compartir tu experiencia con nosotros.
Saludos.
Hola,
Aunque en el post no he entrado en tanto detalle, yo estoy trabajando en ESOC como lo que aquí llamamos "contractor", es decir, subcontratado a través de una empresa (en mi caso LSE Space, y con anterioridad Vega Space).
Quedarse trabajando en la ESA como contractor después de la beca YGT es relativamente fácil, aunque depende un poco de la suerte, del momento y del departamento.
Como bien dices es muy complicado pasar a ser personal propio (staff) de la ESA directamente, aunque no imposible. De hecho dos de los diez YGTs que trabajaron en ESOC en mi año, pasaron a ser directamente staff de la ESA. Pero de nuevo, aquí hay que tener muchísima suerte para que justo se abra una plaza en la sección que trabajas cuando se termina tu beca YGT.
En cualquier caso para ser staff está la problemática de las cuotas (el número de staff de cada país es proporcional a la contribución de dicho país al presupuesto de la ESA). Los españoles lo tenemos difícil para ser staff (aunque no imposible) ya que estamos sobrerrepresentados. Para los "contractor" no hay estos impedimientos y aunque las condiciones no son tan buenas como las de los staff, tampoco son malas.
Nacho
¿Qué formación en idiomas tenías al acabar la carrera?A la hora de buscar una persona para una beca de este tipo que se tiene más en cuenta, la experiencia profesional que tengas o un buen nivel (me refiero a un titulo) de ingles o alemán... Muchas gracias!
Hola,
Dominar el inglés es básico, mi experiencia es que lo importante, más que tener un título, es demostrar que sabes inglés y puedes trabajar en ese idioma.
Cuando vine a Alemania no tenía ningún título y ni idea de alemán pero podía hablar inglés (con errores, acentos español y todo eso, pero de manera fluida). En mi caso, aunque he ido durante años a clases, aprendí realmente a comunicarme en inglés gracias a cursos de verano e intercambios culturales con otros estudiantes europeos organizados por una asociación (BEST, Board of European Students of Technology). Pasarte 15 días con gente con la que tienes que utilizar el inglés obligatoriamente para comunicarte a mi me ayudó muchísimo.
Resumiendo, creo que es más importante la experiencia profesional y demostrar en el CV y en la entrevista que te defiendes en inglés que tener muchos títulos (aunque a veces pueden ser útiles para ciertas becas como la Fulbright o las becas de la Caixa).
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